miércoles , marzo 27 2024

La dama joven de la batuta: Elisa Vegas

Por Germán Alirio Luna Chacón – @galunach “Algunos dicen que me vieron dirigir en algún lugar. Por lo visto escuchan con los ojos y no con los oídos” Leopold Stokowski

Figura esbelta y elegante, la talentosa conductora de orquestas Elisa Vegas nació en Caracas, donde también ha cursado gran parte de sus estudios. Egresada del Conservatorio de Música Juan José Landaeta con honores, también curso la licenciatura en Arte, mención Musicología en la Universidad Central de Venezuela, obteniendo la distinción Summa Cum laude. Esta brillante joven ha despuntado en los últimos años como una excelente directora del ballet El Cascanueces y más recientemente de El Hombre de La Mancha, musical presentado en el Aula Magna de la UCV.

-¿A qué edad recuerdas haberte sentido atraída por la música? Tomando en cuenta que vienes de un hogar frecuentado por músicos, artistas, críticos y locutores.

-Viniendo en una casa en la que mi padre, Federico Pacanins, ha sido siempre un amante de la música y las artes en general, no es de extrañar que desde muy pequeña (tres años de edad) estoy en clases de música. No sé qué aprendí primero: si a leer letras o a leer música. Y la verdad es que la música siempre ha formado parte de mi vida y siempre me sentí atraída por ella; es la actividad que siempre me ha gustado más.

-¿Crees que esta situación favoreció tus inclinaciones por la música y posteriormente por la dirección orquestal?

-Absolutamente. Creo que venir de un hogar con nexos fuertes con las artes creó un ambiente propicio para quedar enamorada de la música. Desde pequeña siempre hubo un espacio importante para el desarrollo de las artes: íbamos a los museos semanalmente, visitábamos exposiciones de todo tipo, conciertos en las distintas salas y de distintos géneros. Mis padres nos proponían lecturas interesantes y en muchas ocasiones bastante intelectuales; eso sumado a unas conversaciones de “sobremesa” que siempre tenían algún toque educativo.

-¿A quién recuerdas como tu primer maestro(a), aquella persona que te enseñó las primeras escalas musicales?

-Mi primera maestra de música fue la profesora María Luisa Stopello. Ella tenía una magnífica Academia Musical para niños en la que se enseñaba la música bajo los métodos de Dalcroze y Kodaly. Es una lástima que en Venezuela hoy día ya no se usen estos métodos para la enseñanza musical, pues son muy efectivos.

-¿Tuviste que hacer grandes esfuerzos intelectuales para poder compartir tu formación en el colegio y la universidad con tus estudios musicales en conservatorios y academias? ¿Cómo distribuías tu tiempo?

-La verdad es que sí requería un esfuerzo pero siempre ha sido un esfuerzo sabroso… ¡Con gusto pues! Recuerdo que salía del colegio, mi mamá me buscaba y comía en un carro para llegar rápidamente al conservatorio y de allí corriendo a la Orquesta de Chacao. Total que llegaba a casa a las 8:00 pm a hacer las tareas para el día siguiente. Y en todas las etapas de mi vida ha sido así: una cosa tras otra, hasta que es de noche. Pero todo ha sido porque así lo he querido y, por tanto, no se siente como un sacrificio sino como una satisfacción.

Creo firmemente que mientras más cosas uno tiene, más rinde el tiempo.

-¿Qué instrumento tocas? Sabemos que en las bases de algunos concursos internacionales en materia de dirección orquestal exigen que los candidatos toquen un instrumento.

-Yo soy clarinetista graduada del Conservatorio Nacional de Música Juan José Landaeta. Además, tengo un nivel de piano intermedio que me permite trabajar las partituras orquestales desde el piano cuando es necesario. La dirección llega a mi vida luego de ser músico de orquesta, no al revés.

-¿De los distintos maestros con quienes te has formado quién(es) te ha marcado más? ¿Por qué?

-Es una pregunta difícil porque no quisiera dejar a nadie por fuera. Creo que mi carrera ha tenido etapas que pueden ir de cinco en cinco años y en cada una de estas etapas he tenido maestros importantes. En mis inicios son importantes María Luisa Stopello y la pianista Flor Salas. En el Conservatorio, Mark Friedman (mi maestro de Clariente), Adda Elena Sauce, Erin Vargas, entre otros. En mi adolescencia los maestros Juan Cristóbal Palacios y Florentino Mendoza de la Orquesta de Chacao; en mi formación musical popular la maestra María Eugenia Atilano de Ars Nova; en la UCV Juan Francisco Sans, Gabriela Kizer, Miguel Astor entre muchos y; no pueden faltar los maestros Rodolfo Saglimbeni (mi mentor y guía), George Hurst, Denise Ham, Gunther Schuller y Sung Kwak, a quienes les debo mi formación como directora de orquesta.

– Hay quienes señalan que un buen director de orquesta se conoce por la forma como mueve los brazos, y también por la expresión corporal frente a la orquesta. ¿Qué opinas sobre esta apreciación?

-Definitivamente creo que tener buenas destrezas físicas y buena expresión es fundamental para ser un director más completo. Sin embargo, lo más importante es la conexión del director con la orquesta, la compenetración con el público y el profundo conocimiento de la música que se esté dirigiendo. Creo que si las conexiones con la orquesta, música y público son buenas, no importaría si el director se mueve bien, si tiene parálisis, o si es un saltamontes.

-Es difícil para una dama lograr una plaza como directora de orquesta, porque, por lo menos en Venezuela, son muy pocas las féminas conductoras, es como si fuese una profesión para caballeros…

-Claro que es difícil pero la verdad es que yo no pienso mucho en ello.

Es una carrera tradicionalmente masculina y, como en todos los campos profesionales, las mujeres poco a poco nos hemos abierto camino en carreras antes inimaginables para nosotras. Ése sería mi caso.

Pero recordemos que todo va llegando… Hace unos 70 años las orquestas venezolanas no tenían casi ejecutantes mujeres (por no decir que en algunas simplemente no había mujeres en absoluto). Hoy día las orquestas son absolutamente mixtas y en proporciones iguales.

-De las distintas especialidades que existen en la conducción orquestal, ¿con cuál o cuáles te sientes mejor? ¿Quisieras especializarte?

-Me he dado cuenta que mi pasión son las producciones escénicas – musicales. Amo trabajar en el foso de la orquesta en grandes producciones como musicales, ballet, ópera, teatro-musical y zarzuela. Es allí donde me siento más feliz.

-Estás casada con otro músico, el abogado y barítono venezolano Gaspar Colón. ¿Piensas que esa relación los fortalece a los dos, por cuanto pueden apoyarse mutuamente en el estudio y dominio de las distintas obras que interpretan?

-Estar casada con Gaspar Colón es maravilloso. Ciertamente nos apoyamos mutuamente y a la hora de estudiar y abordar nuevos retos musicales siempre consultamos el uno al otro y discutimos los puntos de vista. Además, ha sido muy bello que hemos crecido en nuestra carrera profesional juntos, y yo soy su fan número uno y viceversa.

– En los últimos años te ha correspondido dirigir grandes musicales en el país, como por ejemplo: La Novicia Rebelde, con gran éxito de taquilla y crítica favorable. ¿Cuántas funciones dirigiste en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño y que piensa que te dejo ese famoso musical?

-Este maravilloso musical fue el que me abrió las puertas de la Ríos Reyna y fue mi primera experiencia en producciones teatrales-musicales de gran formato. Tuvimos dos temporadas en Caracas y, si no me equivoco, hicimos 20 funciones. La Novicia Rebelde fue un escalón fundamental en mi carrera como directora y siempre estaré agradecida a los productores por haber depositado en mí la dirección musical de esta gran producción.

-No podemos dejar pasar esta oportunidad sin conocer otra experiencia clave en la carrera de un conductor de orquesta, y en tu caso el haber dirigido dos temporadas del ballet El Cascanueces, en la Sala Ríos Reyna, que como todos sabemos es un clásico navideño en todos los grandes teatros del mundo. ¿Cómo fueron esas funciones? ¿Repetirás la experiencia?

– ¡Claro que volvería a repetir! ¡Estaría encantada de repetir! El Cascanueces es el emblema del Teatro Teresa Carreño, es la obra que nos llena de orgullo todos los diciembres y que además nos transporta a un mundo de fantasía y magia. Cuando me invitaron a dirigir este gran ballet no dormí de la emoción. Y es que en cada una de las funciones y en cada ensayo, era inevitable emocionarse y ponerse con ‘piel de gallina?. Cada día de Cascanueces era un día de máxima alegría y compromiso.

-¿Cuáles son las principales orquestas que has tenido el privilegio de dirigir? ¿Con cuál sueñas estar parada en el pódium para dirigirla?

-Me siento privilegiada pues he podido dirigir las principales orquestas de mi país: Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Sinfónica de Venezuela, Orquesta Municipal de Caracas, Filarmónica Nacional, Gran Mariscal de Ayacucho, entre otras. Las dos últimas han sido una plataforma fundamental en mi carrera porque con ellas he podido hacer muchos proyectos importantes. En el exterior he podido trabajar con la Carlos Chávez de México y la Sinfónica de Guatemala. Me encantaría poder seguir desarrollando mi carrera con las orquestas de mi país y en el exterior, London Symphony sería un sueño.

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