viernes , abril 19 2024

El secreto mundo de los aromas

Hay aromas que evocan gratos recuerdos, hay los que sanan y otros que enferman, los que atraen o rechazan, aromas del amor, del vino y la gastronomía, la aromaterapia, los perfumes, aromas de la piel, en fin, todo un mundo evanescente de olores para descubrir y despertar los sentidos y la imaginación

Por Yubelitze Angarita Borges @yubelitze Porque los hombres podían cerrar los ojos ante la grandeza, ante el horror, ante la belleza y cerrar los oídos a las melodías o las palabras seductoras, pero no podían sustraerse al perfume. Porque el perfume era hermano del aliento. Con él se introducía en los hombres y si éstos querían vivir, tenían que respirarlo. Y una vez en su interior, el perfume iba directamente al corazón y allí decidía de modo categórico entre inclinación y desprecio, aversión y atracción, amor y odio. Quien dominaba los olores, dominaba el corazón de los hombres. | Patrick Süskind, El Perfume.

Cuando Jean-Baptiste Grenouille, protagonista del célebre libro El Perfume, pensó crear una esencia que tuviese un aroma “sobrehumano”, como de un ángel, conocía bien su objetivo: que lo amaran con locura sólo a él y se doblegaran llenos de gozo con tan sólo olerlo. ¿Acaso una exageración?

Si bien el argumento literario del autor, para algunos podría resultar exagerado, para otros es totalmente valedero a partir de hechos fácticos que demuestran que si una persona tiene un aroma agradable es bien recordada, o rechazada si ocurre lo contrario.

De los cinco sentidos el olfato es quizás el más complejo. La nariz es capaz de detectar miles de olores y el cerebro de diferenciarlos. No en vano fue inaugurado en mayo de 2012, en España, el Museo de los Aromas, ubicado en Santa Cruz de la Salceda, un pueblo en la provincia de Burgos con una pequeña población que vio en el despertar aromático la posibilidad de pasar, de ser un lugar olvidado, a una parada de referencia turística en Europa.

Los olores atraen o alejan

Si bien se dice que la atracción humana se da a primera vista, la percepción olfativa también es fundamental cuando se está a menor distancia corporal. El aroma en ciertas partes del cuerpo puede ser excitante e invitar a la atracción y la química entre dos personas. Lo del amor es una historia que sucede después.

Para que esto ocurra en esta secuencia las primeras indiciadas son las feromonas.

Son sustancias químicas que en los animales sirven para comunicarse entre sí; en la proximidad hombre-mujer están vinculadas a la atracción sexual, la sincronización de los ciclos menstruales en las mujeres y la conducta materna.

Rosalinda Guevara Guzmán, investigadora, de la Universidad Autónoma de México (UNAM) refiere que la comunicación olfatoria puede ocurrir en el ámbito inconsciente. Los infantes pueden despertarse ante el olor de su madre y desde etapas muy tempranas de la vida, una semana, por ejemplo, ser capaces de distinguir entre el olor de ella y el de una persona extraña. Asimismo, estudios experimentales han demostrado que una madre puede discriminar con los ojos cerrados entre el olor de su hijo y otro que le es ajeno.

El amor viaja con los aromas

Es posible que la atracción hombre-mujer pueda ser feromonal. Una vez que la atracción visual sucede, el olfato empieza a jugar un papel fundamental con las feromonas que durante el cortejo aumentan su secreción en las glándulas sudoríparas y glándulas axilares.

Ahora bien, las feromonas son detectadas por la mucosa olfatoria, de allí que, su óptima percepción dependa de la salud nasal. Sajidxa Mariño @respiralibre otorrinolaringóloga, pionera en cirugía con láser en consultorio, advierte que respirar bien es clave para que se den estos procesos. “Si hay presencia de una obstrucción nasal y/o una enfermedad respiratoria de base, puede que no se active el sentido del olfato persona a persona. Igual sucede con el sentido del gusto. Si no se tiene un buen olfato no se tiene gusto. Pasa cuando la nariz está congestionada por gripe, que no percibimos el sabor de las comidas o no sentimos bien lo que estamos cocinando”, señala.

Las papilas gustativas de la lengua identifican el sabor y las terminaciones nerviosas de la nariz lo hacen igual con el olor. Ambas sensaciones se comunican en el cerebro el cual integra la información para que los sabores y aromas puedan ser reconocidos y apreciados.

 

En este sentido, Isabel Allende, en su libro: Afrodita. Cuentos, recetas y otros afrodisíacos, lanza la pregunta: “¿Dónde comienza el gusto y termina el olfato? Son inseparables. La tentación del café no nace en el sabor, que deja un rescoldo de humo en el recuerdo, sino en esa fragancia intensa y misteriosa de bosque remoto (….) de ahí el éxito de los perfumes, cuyo secreto es usar siempre el mismo, hasta convertirlo en un sello personal e intransferible, algo que nos identifica. Cleopatra lo sabía y, como todo en ella, lo llevaba al extremo”.

Tal y como refiere la escritora vale detenerse a cuestionar los alcances del mundo evanescente de los olores y su influencia determinante en varios aspectos de las relaciones cotidianas, las emociones que transmiten y los momentos a los que pueda conectarnos con un aroma privilegiado.

Disfrute de la revista digital

Revisa Tambíen

¡Respire bien y sienta la vida!

¿Cuántas veces nos hemos detenido a pensar en el valor de la respiración en la …