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Imagen tomada el 18 de noviembre de 2015 en el distrito de Miraflores, en Lima, del cartel que anuncia el 'Literatour', el circuito literario que recorre los lugares emblemáticos que inspiraron al escritor Mario Vargas Llosa / AFP

La ruta literaria Mario Vargas Llosa, un nostálgico viaje entre la modernidad

Lima (AFP).- El poeta de ‘La ciudad y los perros’ o Zavalita de Conversación en La Catedral se perderían al caminar por la Lima de hoy: las calles bucólicas que recorrieron los personajes de Mario Vargas Llosa se van inundando de edificios altos y hoteles de lujo.

Parte de la infancia y adolescencia del peruano, premio Nobel de Literatura 2010, transcurrió en Miraflores, un exclusivo distrito costero nacido en los años 50 y que desde 2011 acoge la ‘ruta Vargas Llosa’, que recorre lugares emblemáticos que inspiraron al autor. Y es que las calles del exclusivo balneario del sur de Lima, bañado por el océano Pacífico, fueron fuente de inspiración de las primeras obras del autor de La guerra del fin del mundo.

En este Literatour, ganador del concurso internacional «Walking Visionaries Awards» en la categoría «Walking and the Arts» organizado por Walk21Vienna, se unen varios puntos emblemáticos.

Allí está, por ejemplo, el lugar donde funcionó el colegio Champagnat, en el que Pichulita Cuéllar de la novela Los cachorros, fue mordido por un perro.
Recuerdos de la infancia
El Literatour muestra pasajes descritos en las obras del Nobel y la municipalidad los ofrece los viernes por la tarde.

Más de 700 personas han disfrutado los primeros paseos. «Se inicia en el parque Kennedy, donde los protagonistas del novelista como Lucrecia y don Rigoberto, del Elogio a la madrastra, se encontraban para dirigirse a la Tiendecita Blanca», otrora café y hoy exclusivo restaurante, explica la guía Kristel Vera.

En cada punto hay placas con fragmentos de novelas como Conversación en la catedral: «las manos en los bolsillos, cabizbajo, qué me pasa hoy. El cielo sigue nublado, la atmósfera es aún más gris y ha comenzado la garúa (…) Hasta la lluvia estaba jodida en este país».

Vargas Llosa confesó que el circuito le suscita «recuerdos entrañables de mi infancia y adolescencia, los mejores momentos los pasé en Miraflores».

En el pasaje Champagnat, unos paneles describen la biografía del autor y muestran extractos del cuento Día domingo y Los cachorros. Se sigue por las avenidas Pardo y Diagonal, por donde paseaba Alberto, el poeta de La ciudad y los perros.

También se visita la casa del diplomático e historiador Raúl Porras Barrenechea (1897-1960), que hoy alberga al instituto que lleva su nombre y donde Vargas Llosa trabajó fichando libros. Aun está la vieja máquina de escribir Underwood que el escritor utilizó.

¿Vamos a por un helado?
Sin embargo, entre la nostalgia, emerge la modernidad. Según el municipio de Miraflores, de 2011 a 2015 se emitieron 273 licencias de obras para edificios multifamiliares. En ese mismo periodo se expidieron 22 licencias para hoteles, de los cuales siete ya están levantados y 15, en construcción.

Si Vargas Llosa y sus amigos quisieran saborear un helado en el Crem Rica de sus recuerdos, en la avenida Larco, ya no lo encontrarían. Optarían por visitar a la competencia, D’Onofrio, pero deberán hacerlo pronto. Esta antigua casona, al lado del parque central, pronto se convertirá en un centro comercial.

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Un grupo de personas disfrutan el 18 de noviembre de 2015 del ‘Literatour’, un circuito literario por los lugares más emblemáticos del distrito limeño de Miraflores que inspiraron al escritor Mario Vargas Llosa / AFP
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Imagen tomada el 18 de noviembre de 2015 en un punto del ‘Literatour’, un circuito literario que recorre los lugares del distrito de Miraflores (Lima) que inspiraron al escritor Mario Vargas Llosa / AFP

Siguiendo por Larco y mirando al Pacífico, estaba el Parque Salazar, «un lugar de abrazos y besos castos pero también de idilios terminados y sufrimiento adolescente», señala la guía que describe el recorrido.

En ese lugar de jardines, esculturas, cuerpos de agua y aroma a mar iba el joven y enamorado Vargas Llosa de la mano de Julia Urquidi, su tía y primera esposa, aquella que diera vida a La Tía Julia y el escribidor.

Ese rincón de nostalgia miraflorina fue reemplazado por un moderno centro comercial, donde sobresalen dos enormes chimeneas que interrumpen la vista al mar.

«Por más que muchas construcciones sean demolidas y lleguen otras, el lugar va a permanecer, por más que todo se modernice», dice Jenny Gutiérrez, mientras participa del recorrido.

Algunos lugares se escapan al Literatour. En la primera cuadra de la calle Porta, está la Quinta de los Duendes, nido de amor y refugio de Vargas Llosa a sus 19 años, con Julia Urquidi, 10 años mayor, tras casarse en secreto ante la oposición de la familia.

El lugar aún parece albergar un poco de magia entre sus casas de blanco y ocre, de flores y palmeras a los lados, una gruta en el centro y farolitos a media luz. Aunque ya está rodeado por edificios altos.

Allí, en las calles Porta y Diego Ferré, sobreviven casas republicanas con añoranza a campo, de balcones de madera y rejas de metal fundido, de puertas talladas y jardines de flores aromáticas. «No puedo librarme de Miraflores, no puedo dejar de escribir sobre Miraflores», dijo alguna vez Vargas Llosa.

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