sábado , abril 20 2024

Una lista más

En las revistas arman listas del tipo “lo mejor de” y en las casas pintan paredes. Es lo que suele hacerse a fin de año: recuento y retoques a la decoración. Claro, además de otras muchas cosas: comer y beber como si estuviéramos muy cerca del armagedón, masacrar la tarjeta de crédito para empezar el nuevo ciclo con más deudas, chocar el carro, encontrarse con la familia y, en general, tratar de pasarla bien aunque sea a la fuerza.

A lo largo de 2008 es mucha la buena música que se ha editado en el país. Seguimos con la misma crispación política, pero hemos tenido la fortuna de que están por ahí estos personajes que apagan el televisor y enchufan sus guitarras, sacan sus instrumentos de los estuches y usan las computadoras para otra cosa más útil que tratar de convencernos vía email de lo bien o lo mal que estamos.

Pintar no está en mis planes. Al menos de momento. Así que evadiré la brocha y la diatriba con una lista muy subjetiva y seguramente injusta.

Si bien este ha sido otro año en el que nos quedamos esperando a que el guitarrista Aquiles Báez y el tenor Aquiles Machado se decidan de una buena vez a grabar una segunda entrega de ese disco maravilloso al que llamaron La canción de Venezuela, ha habido razones para hacer más llevadera la espera: el trabajo como solista del violinista Alexis Cárdenas, por ejemplo. Se llama Geológico y es un compacto extraordinario que recoge el enorme talento y la versatilidad de este zuliano -tanto en sus aproximaciones a la tradición local como al chorinho brasileño-, el tango de Piazzola y la herencia que le dejó su paso por la banda del francés Richard Galliano.

Sumemos aquí el recopilatorio El arte de Luis Julio Toro, el estreno de los talentosísimos muchachos del trío C4, el regreso de Luz Marina —y su debut como compositora- con Coincidencias y el recién lanzado Baladas del saxofonista Pablo Gil. Lo que resta es abrir una botella de oporto e insistirle a los “Aquiles” a que entren pronto al estudio.

Otro maracucho asoma pero desde una orilla diferente: la que junta a la electrónica con las aguas del pop en esa variante que a falta de mejor nombre se describe como downtempo. Ulises Hadjis lanzó con la discreción a la que obliga la condición de independiente su compacto Presente, una breve colección de canciones melancólicas y luminosas, de letras etéreas y delicadas texturas alejadas de los preconceptos a los que remite la ruidosa zulianidad.

Este inminente año viejo también dejó algo más por la onda del rock: la reaparición de una banda legendaria, la consolidación de un personaje singular y la irrupción de una promesa. La Misma Gente no lanzaba un disco desde 1996 y ahora, con Somos todos, se inyectó una tremenda dosis de adrenalina que tiene a su líder, Petete Lizardo, dictando cátedra de maestro rockero de toque en toque y enseñando que estos asuntos van más allá de hacer ruido con las seis cuerdas.

Yátu, otro sobreviviente de décadas pasadas, se reinventó en su poética locura y entregó su tercera producción de esta etapa de solista prolífico e incombustible: La condición de este mundo, luz, rock and roll y melodía en una combinación especialmente ideal para lanzarse a la carretera. Y la promesa: Viniloversus, una joven agrupación que con su primera placa, El día es hoy, y con su tema “Directo al grano”, anticipan la posibilidad de una generación de relevo que ya transita por el mejor camino posible.

Tendrá que fajarse el 2009 para superar esta cosecha.

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