sábado , abril 20 2024

Sector 9, donde viven los Monstruos

Los extraterrestres llegaron y no precisamente a los Estados Unidos. Aterrizaron de emergencia en Sudáfrica por una avería en su nave nodriza hace más de 20 años. Desde entonces, han vivido como refugiados en un gheto conocido como Sector 9, marginados por los verdaderos monstruos de esta historia: los humanos

Por Laura Armas

¿A qué les suena la palabra Soweto? Durante los tiempos del apartheid (discriminación política, social y racial), se construyó a las afueras de la ciudad de Johannesburgo (Sudáfrica) un asentamiento con el fin de alojar a los africanos negros que hasta entonces habían vivido en comunidad con los blancos. Aquella blanca de los años 40 temblaba ante la posible creación de un auto-gobierno negro. Así, desde 1948 se acondicionaron 65 km2 para aquello que eran considerados ciudadanos de segunda.

Aunque los tiempos han cambiado y los negros son abiertamente aceptados como iguales en este país, la población de Soweto sigue siendo mayoritariamente negra y heredera de los efectos de la discriminación del pasado. Johannesburgo es hoy una de las ciudades más peligrosas del mundo (por debajo de Caracas, claro) y el hacinamiento y la opresión son distintivos del estilo de vida que comparten sus cientos de miles de habitantes. ¿Les cuesta imaginarlo? No debería ser difícil, pues Soweto no es muy distinta en apariencia a los inmensos terrenos invadidos que rodean Barcelona, Valencia o Guatire.

Ahora bien, si sustituimos en estos párrafos la palabra “negro” por “alien”, aparecerá la original premisa de Sector 9, así que cualquier parecido con la realidad, no es coincidencia. Y es que rodeado por ese contexto se crió el novel director Neil Blomkamp, quien luego de exponer sus novedosas ideas en el cortometraje Alive in Juburg (2005) fue apadrinado por Peter Jackson (Responsable de la trilogía de El Señor de Los Anillos) para convertir su corto en la que es, según la opinión de quien escribe, una de las mejores películas del año.

Ciencia ficción de la buena

No sé ustedes, pero yo hace rato que dejé de impresionarme por la calidad de los efectos especiales en las películas. Me encantan los monstruos, las naves y los cataclismos que destruyen el mundo una vez al año, pero con la tecnología de hoy, prácticamente todo es posible. Cualquiera puede hacer lo que sea y hacerlo hasta el cansancio. Es lo que no han entendido realizadores de bodrios como Transformers 2 o cualquiera de las entregas de La Momia. Creo firmemente que ahora, para conquistar al público, se necesita más que un bombardeo de efectos especiales. Se requiere una buena historia y Sector 9, la tiene.

Las mejores obras de ciencia ficción o fantasía están ancladas en lo humano. Su verdadero peso no descansa sobre los hombros de los técnicos de efectos especiales, sino en la manera en que son capaces de someter las inquietudes del hombre a situaciones o escenarios que difícilmente serían posibles en el mundo que conocemos.

¿Qué es Frankenstein, sino el castigo de un hombre que quiso jugar a ser Dios y vencer a la muerte? La famosa conspiración de los Usurpadores de Cuerpos ha sido expuesta muchas veces como una alegoría a la creciente presencia de corrientes de pensamiento subversivas a los gobiernos de turno. ¿No es El Señor de los Anillos una versión fabulada de las experiencias de guerra de un soldado? El mismo David Cronemberg asegura que su versión de La Mosca (1987) es su manera de hablar sobre el decaimiento progresivo del cuerpo ante una enfermedad terminal.

Todas estas referencias y muchas otras hechas a clásicos del género están presentes en Sector 9. Dado que la historia se desarrolla en Sudáfrica, es obvio que la película resulta ser una metáfora directa de los muchos problemas que el país ha enfrentado a lo largo de los años. Los realizadores dicen que, a pesar de que es imposible separar el filme de su escenario, la idea no fue esa. “En Sudáfrica debemos lidiar con cuestiones que por lo general la gente en todo el mundo intenta esconder debajo de la alfombra”, dice Sharlto Copley, el actor que interpreta al personaje principal, Wikus.

“Neill ha encontrado una manera muy conmovedora de abordar la ciencia ficción. El género puede ser desapegado, incluso frío y desapasionado, pero en las manos de Neill, se convierte en algo que conmueve profundamente. La historia no tiene un mensaje en particular o una gran moraleja, es tan sólo un crisol de emociones que emergen”, agregó.

Y es que Blomkamp no se limitó sólo a hacer comentarios sociales en su película. Sector 9 fluctúa entre el falso documental y la narrativa convencional para proporcionarnos más de 90 minutos de pura adrenalina con secuencias de acción memorables, que no tienen nada que envidiar a las que suele realizar el maestro del género James Cameron.

Para las secuencias “documentales”, el director recorrió las calles de la ciudad, para intentar captar reacciones de gente real. Pronto, Blomkamp descubrió que su idea de los refugiados intergalácticos encajaba con el conflicto y la xenofobia reales que experimentaban los habitantes de Johannesburgo. Las reacciones sinceras que capturó le aportaron vitalidad al filme, confundiendo el límite entre la ficción y la realidad. “Sólo estaba tratando de obtener las respuestas más reales y genuinas. En esencia, no existe ninguna diferencia, con excepción de que en mi película teníamos un grupo de extraterrestres intergalácticos, en vez de inmigrantes ilegales”.

Avatar, la nueva película de ciencia ficción de James Cameron que llegará a las salas este diciembre, promete ofrecer un espectáculo digital en tres dimensiones que supuestamente cambiará la manera de hacer cine. Quizás es mucho pedir. Personalmente, sólo espero que se sigan haciendo películas como Sector 9, dispuestas a entretener y a tomar riesgos para decir algo más allá de los efectos especiales.

Para ver la nota original hacer click aquí

Revisa Tambíen

Guaco presenta ZigZag en plataforma digital

Con más de cinco décadas de éxito sostenido, Guaco sigue siendo sinónimo de movimiento y evolución, es …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *