Revista Sala de Espera Venezuela Revista Sala de Espera, Edición Venezuela
Amados por unos y odiados por otros, es difícil permanecer indiferentes ante estos recintos donde las especies animales son estudiadas, albergadas y protegidas de sus depredadores. La mayoría de las grandes ciudades del mundo tienen al menos uno y cada cual tiene su encanto y peculiaridad
Por Yesmín Sánchez
London Zoo
Es uno de los zoológicos más antiguos del mundo (1826). Su nombre oficial es London Zoological Gardens. Si bien durante dos décadas no estuvo abierto al público en general, tiene el honor de presumir que era visitado por el científico Charles Darwin. Cuenta con unas 650 especies que incluyen tigres, jirafas y hasta caballitos de mar. En este lugar, las tradicionales jaulas han dado pasos a espacios cómodos y agradables para los animales.
Como nota curiosa, cabe destacar que este zoológico fue utilizado en la filmación de la película Harry Potter y la piedra filosofal para las escenas del protagonista en su paseo familiar por el zoológico.
Zoológico de Madrid
Mejor conocido como Zoo Acuarium de Madrid, es uno de los más completos que podemos citar: en sus 20 hectáreas alberga zoológico, delfinario, acuario y aviario, además de estar rodeado por unos amplios jardines con más de 100 especies vegetales diferentes, identificadas mediante carteles educativos. Esto hace que, a su vez, se convierta en un gran jardín botánico.
Entre sus áreas principales se encuentran aquellas que albergan a los orangutanes, gibones y una pareja de pandas gigantes que fueron donados por el gobierno chino.
El de Chapultepec (Ciudad de México)
La principal característica de este zoo es la cantidad de visitantes que recibe cada año: se calcula que cerca de 5.5 millones de personas escogen sus espacios para pasar unas horas de aprendizaje y diversión. Ubicado en el bosque de Chapultepec, en este lugar tienen cabida diferentes proyectos de conservación, como la reproducción en cautiverio del conejo de los volcanes, lobo mexicano, ocelote (un tipo de leopardo), panda gigante, oso de antifaz y ajolote (salamandra) de Xochimilco a través de métodos naturales y artificiales.
Berlín Zoo
Hoy en día, es famoso por ser el zoológico que más especímenes tiene en Europa -más de 2.000-, incluyendo las que alberga un espectacular acuario. Es importante destacar que este sitio representa la capacidad de recuperación de un país luego de un conflicto bélico; pues luego de la Segunda Guerra Mundial, el zoológico quedó casi destruido. Sólo 91 de los 3.195 animales sobrevivieron.
En su sitio web se pueden consultar los horarios en los cuales se alimentan a los diferentes animales. Así, podrá disfrutar de un espectáculo distinto.
Toronto Zoo
Una de las características diferenciadoras de este parque es la misión de educar tanto a niños como a grandes, lo cual lo logra a través de la demostración del comportamiento de los animales en su hábitat natural. Por esta razón, se crearon en su interior espacios que simulan las características de diversos entornos naturales del mundo. Entre ellos destaca la recreación de la imponente Sabana Africana.
Algunas de las áreas que más llaman la atención del público son las de los gorilas, leones y serpientes. Este zoológico es el más grande del mundo, pues alberga más de 5.000 especímenes pertenecientes a 500 especies.
Zoológico de Bronx, Estados Unidos
Está ubicado en Nueva York. En él, los animales viven en grandes espacios con un entorno muy similar al de sus lugares de origen. Bajo el lema Conectando a la gente con la naturaleza, tiene una selva tropical que le permite al público sumergirse en el Congo y ver a los orangutanes.
A favor y en contra
La mayoría de los zoológicos modernos nacen con dos fines. En primer lugar, tienen el objetivo de ser establecimientos destinados al estudio científico por parte de biólogos. En la misma medida, sirven como fuentes de entretenimiento para la población. Además, son espacios de crianza de animales salvajes y de protección para especies en vías de extinción.
Sin embargo, no todos piensan igual. El escritor ganador del Premio Nobel de Literatura, José Saramago, ha dicho en una oportunidad: “Si yo pudiera, cerraría los zoológicos del mundo (…) No debo ser el único que piensa así, pero me arriesgo a recibir la protesta, la indignación, la ira de la mayoría a los que les encanta ver animales detrás de verjas o en espacios donde apenas pueden moverse como les pide su naturaleza”.
Lo que viene
Los aportes científicos han dado lugar a encierros más “naturales”, los cuales reducen el letargo y promueven conductas saludables. Ahora, la tendencia es contar con lugares donde las animales puedan esconderse, rodeados de un hábitat variado y diversas opciones de alimentación que mejoren su calidad de vida. Incluso, en algunos hay juegos de computadora que los retan a que resuelvan problemas similares a lo que enfrentan cuando están en estado salvaje.
Este interés genuino en mejorar las condiciones de subsistencia de los animales los ha llevado a suspender algunas exhibiciones como las de elefantes, que acaparan mucho terreno y fondos.
Otros zoo insisten en recrear las características de sus hábitat naturales, aunque estén a miles de kilómetros de su hogar: en 2011, el National Zoo, en Washington D.C., abrirá el proyecto Elephant Trails, de 40 millones de dólares. En paralelo, habrá una campaña de donativos y “adopción” de estos animales.
Historia
A lo largo de la historia, las civilizaciones que se han ido desarrollando han dejado de una u otra manera pruebas de la relación ser humano-animal.
Los primeros zoológicos fueron en realidad colecciones privadas, en su mayoría pertenecientes a reyes. De hecho, los terrenos donde se erige el zoológico de Chapultepec pertenecían a Moctezuma, rey azteca del siglo XIV.
El primer zoológico moderno fue abierto en Viena en 1765. Tres décadas después, tras la Revolución Francesa, el zoológico de París fue abierto al público en general.
Fuentes consultadas: http://www.wikipedia.org http://www.zoomadrid.com/animales-continentes.php http://www.zoo-berlin.de http://www.torontozoo.com/
