Iván Matta y Henrique Lazo

Iván «El Menor»

Este joven es parte de la generación de relevo. Locutor, animador, columnista, dibujante, lector, melómano, creativo. Comparte créditos en A la cuenta de tres por La Mega con Érika De La Vega y Henrique Lazo

Por Mariemma Ramos Nava

“Llevo cinco años haciendo radio. Este medio es la salvación de mi estabilidad mental, soy una persona que necesita sacar la información que lee. Mi mamá se estaba volviendo loca de escuchar cosas que no le interesaban de biogenética y de literatura, y si no fuese por la radio no tendría a quien decirle todo eso. Este es un medio imbatible, porque en un mundo en que todo está preproducido (en la televisión son 27 manganzones haciendo equis cosa para un programa), en la radio tú no puedes salir al aire con 100% del guión. Tu discurso va a tener que imponerse sin telepronter, esa es la clave, no hay manera de esconderse “detrás de”. La radio es absolutamente honesta y en ella se premia al talento bruto.”

“En un escenario tan apocalíptico como es el de los medios hoy en día, no sólo por lo político, sino por el bajísimo nivel de contenido que hay (soy muy autocrítico con mi profesión, estamos en un nivel pésimo, muy por debajo del mínimo común múltiplo), creo que es un honor que lo llamen a uno como cabecilla de una generación. Me halaga, pero es el contexto tan malo que hace que uno brille más. Es una carga bien grande, una generación no es un pana, deberían ser por lo menos cinco panas visibles y honestamente no los veo.”

“La primera vez que salí al aire, en una emisora muy pequeña acá en Caracas, le estaba haciendo el quite a un amigo. Tenía como 18 años. En esa época estaban lanzando Digitel en Venezuela, y en vez de decir Movilnet -que era el cliente del programa de mi amigo-, dije Digitel. Grande, bien pronunciado, resonando la ‘L”

“Que tienen los mismos criterios de casting que en televisión. Por alguna razón, la gerencia en radio piensa que teniendo unas buenas lolas o siendo un papi, tú vas a tener éxito radial, lo cual es bobo. Eso impera hoy en día. En televisión se justifica que tengas un buen físico, pero en la radio no sirve para un demonio; no sé por qué, porque Loscher es muy feo, Lazo es muy feo, Tinedo Guía es muy feo y yo ni te cuento… creo que hacemos buena radio, por lo menos decente.”

“En el XV Festival de Nuevas Bandas había un especial de La Mega, los 15 años que se celebraban con mucha pompa. Además, yo era presentador del evento, entonces tenía que correr cabina-escenario-cabina-tarima. Fueron como siete horas del evento. ¡¡Extenuante… Nunca más!!”

“Además de la relación tan directa que hay con la psique del locutor, desde el lado del oyente, creo que lo mejor es la amplitud de público. Por ejemplo, nuestro programa lo oye gente desde los 60 años de edad hasta amigas de mi hermana que tienen 14 ó 15 años. Quizás no entienden 80% de los que decimos al aire, pero igual lo escuchan un poco. Creo por la musicalidad al hablar, la química entre Lazo, Érika y yo.”

“Es fantástico, al principio no podía estar mas cag…, porque romper ese tándem de Érika y Luis, es como meterse entre Thelma&Louise, y te llamas Gabriela y eres una jeva. Es un reto muy ingrato, pero entre las alas protectoras del “sensei Lazo” (que me quiere mucho) y Érika, quien se ha acostumbrado a tener a un freak al lado, pues hacemos un buen equipo.”

Henrique Lazo «El Sensei»

Es cineasta. Su medio es el audiovisual. Fue por años el director de Arturo Uslar Pietri en el programa Valores Humanos; además es actor, columnista en medios impresos, profesor universitario, animador de televisión, locutor de radio y hermano de Mimí

“Yo empecé a hacer radio con Ana María Simon en El último round. Este medio es una pasión, y a todo el que la descubre le pasa igual. Nunca estudié para hacerla, lo mío es el cine; de hecho, es el medio del que menos sé, pero es una cosa increíble, un show diario, es maravilloso. Creo que A la cuenta de tres es el mejor equipo con el que he estado, tanto en la producción como en la animación. Iván es un artista importante y Érika igual, el equipo de escritores es bravísimo y toda la libertad que te da La Mega es una cosa invalorable, es un placer.”

“Una vez, buscando un cliente, trabajaba de madrugada en una radio. Entonces se nos ocurrió hacer un servicio que era despertar a la gente: tú me llamabas y nosotros te despertábamos, así como un hotel. Pero una pila de echadores de broma llamaba para que despertaran a otra persona y tuvimos que parar el servicio. Eso es verdad, fue en Radio Capital.”

“Tienen que haber programas malos, pero lo que yo escucho me agrada: un poco de Chataing, Ana María, algunas cosas de Unión Radio como Loscher. La Mega me gusta mucho, hay de todo, es muy variada. Creo que la radio venezolana es mejor que la televisión, ha llegado lejos. Es más barata producirla, además. Lo peor son los lunes, y los días más sabrosos son los jueves y los viernes, como todo. Los lunes estás empezando, aunque si ya es en la tarde, como cuando comienza el programa, no es tan fuerte como de mañanita.”

“Cuando fue la tragedia de Vargas, nosotros salíamos de vacaciones por esos días, pero nos quedamos. Todo lo que hicimos en ese lapso fue maravilloso, nunca me sentí tan útil como en esa época. Hacer reír a la gente en ese momento, fue algo increíble. Todavía hay gente que me encuentro que sigue recordándolo. Recuerdo que justo en esa época acababa de hacer una película y no tenía ni medio para pagar el carro, el banco me había llamado para decirme que tenía que pagar una cuota extraordinaria y yo les había dicho que no tenía plata. Una de las personas que yo ayudé -sin saberlo- trabajaba en el banco, y me dijo ‘tranquilo, yo arreglo eso’. Me refinanciaron la deuda, una cosa que no hacían con nadie. Me asombró ver cómo puede un medio de comunicación en un momento dado brindar tanto apoyo. Estaba en 92.9, Érika y yo recorrimos varios centros de acopio, dándole ánimo a la gente y fuimos a La Guaira. Lo más bravo era la gente que poníamos en contacto a través de la radio, que tenía a sus familiares extraviados.”

“La verdad yo pienso en el cine, pero se me ha hecho difícil. La radio es como una adicción a ese contacto diario. En mi caso, que trabajo con tanta gente joven, ellos son los dueños de los sueños. Estar con gente que está soñando todo el tiempo es una bendición. Eso lo aprendí dando clases en la universidad.”