Germán Alirio Luna

Tiempo en la radio: 25 Años. Programa: Preludio en Jazz 95.5.

“El gusanillo de la radio lo llevo en la sangre desde niño. Recuerdo que en la época de mi infancia, allá en Palmira, Estado Táchira, mi hermano y yo nos sentábamos en el piso a escuchar en nuestro radio las emisoras Ecos del Torbes y La Voz del Táchira. Oíamos de todo, desde música hasta radionovelas como Los Tres Villalobos, Martín Valiente, El Ahijado de la Muerte y El Asesino de la Cuerda de Nylon de Petare.”

“Lo mío siempre ha sido la música. Por eso, mi programa Preludio, por 95.5 FM, se centra más que todo en la música académica universal, con preferencia por los compositores venezolanos. En nuestro país existen muy pocos programas como éste.”

“En los primeros años del programa no existía la Ley de Contenidos, pero yo ya incluía a nuestros músicos de forma obligatoria, era un deber y un placer. En esa época, no se grababa el programa sino que se hacía en vivo. Estuve seis años trabajando todos los domingos de madrugada desde las 6 de la mañana. Cuando el gerente de la emisora me pidió que ampliara el programa una hora más, la única condición que puse fue que me permitiera traer invitados, ahí, creo yo, nace el gancho de Preludio.”

“Las entrevistas a músicos, compositores y directores, poco a poco fueron convirtiendo al espacio en una referencia importante. Tanto así, que mis mayores satisfacciones en el programa vienen de la cantidad de personalidades del mundo de la música con las que he podido compartir: Desde Gustavo Dudamel hasta Simon Rattel, Director de la Filarmónica de Londres. He compartido con ídolos personales como el maestro Claudio Amado e incluso, Porfirio Torres, gente que no deja que cualquiera se les pare al lado a compartir su trabajo. Doy gracias a Dios por esas oportunidades.”

“Recuerdo una vez que vino a Caracas el Festival America Canta, en el cual participó un grupo de Voces Blancas provenientes de Eslovenia. Invitamos a la directora al programa y ella nos obsequio, para abrir el espacio, una grabación de sus niñas interpretando “Mi Barquito”, del compositor venezolano Alberto Grau. Mi sorpresa fue inmensa, pero fue poca comparada con la de ella cuando más tarde ella comenzó a gritar ‘¡Mauss, mauss!’. Pensaba que hablaba de un compositor, pero en realidad señalaba a un pequeño ratón que se coló por el techo del estudio, ahí me di cuenta que lo que gritaba era ¡Mouse!”

“Aunque me gustaría lograr llevar a Preludio a la televisión, creo que nunca dejaría la radio. Es el medio que más me va. Nuestro público no valora el tipo de música con el que trabajamos, tanto así que difícilmente puedas escucharla en otras emisoras comerciales, así que desde aquí, siento que aporto un granito de arena para rescatar un género muy beneficioso para la cultura del país.”