viernes , marzo 29 2024

Coquito

Wilmer Machado “Coquito” es músico, director, actor de televisión, cine y teatro; y heredó en 1985 de la mano de “Tío Simón” esa vena venezolana que como generación de relevo lleva en la sangre el deseo de destacar lo mejor de nuestro país

Por Yesmin Sánchez

Desde el año pasado Coquito pertenece a la familia de FM Center, específicamente en la Candela Pura 91.9 FM con su programa “La Candela de Coquito”, de 6:00 a 9:00 am, un espacio ameno, lleno de buena vibra, diversión y variedad para grandes y chicos. En la actualidad comparte la radio con el teatro, pues tiene en cartelera su unipersonal escrito, producido y dirigido por él llamado “Ser o no ser Coquito… ese sí que es un dilema”. En la obra cuenta anécdotas sobre su vida, los pro y contras de su color de piel y fama, así como también cómo mantener contento a todo el mundo. A pesar de sus múltiples ocupaciones, sacó el tiempo para responder cuándo fue la última vez que…

Hizo una locura

Yo no suelo ser un hombre de hacer lo que llaman “locuras”. La última locura que hice no me acuerdo. Todas las locuras que hice están asociadas a las rumbas y eso no cuenta como locura en realidad.

Comió un plato delicioso

Yo cocino muy a menudo porque me la paso solo y no voy regularmente a restaurantes. Cuando me dedico a comer sabroso cocino yo mismo y hago una carne con vegetales, cuyo ingrediente principal de la salsa es licor y crema de leche, que me queda MUNDIAL. Obviamente eso lleva champiñones, lo que completa el toque mágico y queda fenomenal. Lo acompaño de arroz, ensalada rallada y un refresco bien, bien frío.

Lloró en el cine

No suelo llorar en el cine. No me gustan las películas que me hagan llorar ni que me asusten, pero sí lloré con una película de Bruce Willis y Michelle Pfeiffer, que se llama “Nuestro Amor”. Es una oda a cómo se fue deteriorando poco a poco un matrimonio y además por estupideces, porque ves la historia de cada personaje por separado y te das cuenta que el matrimonio se desmoronó por simple y llana soberbia de cada uno, por falta de comunicación. Así que me imagino que a consecuencia del divorcio de mis padres, cuyo matrimonio se terminó por falta de comunicación, es que me afectó la película.

Rezó

No soy de rezar. No creo en ninguna religión. Soy agnóstico, pero converso mucho con el Universo y siempre lo que pido es que las cosas se me den positivamente porque trabajo mucho para que se me den. No suelo hacerle daño a nadie. Pido mucho por los míos, mi familia, en especial por mi mamá y mi hermana que viven en el exterior, que les siga yendo bien para que se mantengan ahí. Sobre todo por mis sobrinas que viven en el exterior y prefiero que se queden allá.

Antes decía que todo lo malo que me pasaba era culpa del Universo y no, la culpa es mía y tengo que trabajar para que eso se encamine. Si es verdad que Dios existe, entonces no está tan ocupado como para atenderlo a uno, pero siempre le pido al Universo, generalmente, con todo el respeto que me merecen todas las religiones y todos los creyentes.

Leyó un libro

No leo tanto como antes, pero cuando leía siempre terminaba un libro y empezaba otro. Las historias fantásticas me encantan o una novela bien contada. El libro que más me ha impactado hasta ahora es “El Mundo de Sofía” del noruego Jostein Gaarder, que trata de una clase de filosofía que se le da a una niña de 14 años. Me encantó la manera en que él contaba eso porque así cualquier persona puede entender la filosofía. Además yo estaba comenzando la universidad en ese momento y lo que más me marcó de ese libro es la Teoría del Átomo: él compara la parte mínima del átomo con una pieza de Lego, que es indestructible. Si haces memoria, todos los que jugamos con Lego sabemos que era prácticamente imposible destruir una pieza, pero cada una de ellas llega a su mínima expresión y se combina nuevamente para crear cosas nuevas y más grandes. Cuando habló del átomo pensé “qué manera tan inteligente de explicar y tan fácil de entender la teoría atómica”.

Mi literatura preferida es la del Gabo, Gabriel García Márquez. Sus libros me marcan, esa forma de contar el final que te atrapa de manera tal que quieres llegar a la última página para saber cómo empezó, me encanta.

Hay un libro que se llama “Desde el jardín” de Jerzy Kosinski, que es brutal. Yo soy medio cursi leyendo, me estoy dando cuenta en este momento.

Compró un CD

El último CD que compré es de Guaco, soy un fanático empedernido de ese grupo y en mi iPod predomina junto a Rubén Blades. Con el tiempo me he vuelto un poco más ecléctico y abierto a los gustos musicales, por lo que puedes encontrar rock en español, sobretodo hecho por españoles y argentinos, puedes conseguir una que otra canción en inglés, pero el reggaetón no creo que te lo tropieces por equivocación.

Tuvo ganas de salir corriendo

Los funerales me hacen salir corriendo, odio un funeral. Una injusticia con un niño me puede hacer correr. No recuerdo exactamente la última vez que quise salir corriendo, pero seguramente fue una imprudencia. Soy muy imprudente y me pongo blaaaanco de la pena.

Tuvo miedo

Cada vez que salgo a un escenario entro en pánico. Es el más grande pánico que me da, ¡se me olvida todo! La gente piensa que después de tanto tiempo, no deberías tener miedo, pero el día que deje de sentirlo, ese día se me acabó la carrera.

Lloró de alegría

Definitivamente el día del estreno de mi obra “Ser o no ser Coquito… ese sí que es un dilema”. Al final de la presentación, mientras daba las gracias a los asistentes y a todos los involucrados en el proyecto, a la producción se le ocurrió la maravillosa idea de rodar un video de mi mamá, que vive en Panamá y no pudo asistir, donde me bendecía y me deseaba éxito en las tablas. Pelé los ojos y me puse a llorar.

Hizo una apuesta

No soy apostador. No me gusta. La única forma que apueste es que esté muy muy seguro de que tengo la razón. Mi dinero me lo rumbeo, no lo gasto en lotería, ni bingo, ni apuestas. Ni siquiera en este Mundial, que le iba a Alemania, aposté a que ganaba en ningún juego. Las apuestas me dan lo mismo y cuando lo hago es por soberbia, cuando me retan… debe ser por ser ariano.

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