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CABA: Un libro útil para Caracas

Presentado recientemente en una extraordinaria edición, CABA. Cartografía de los barrios de Caracas 1966-2014 ofrece al lector una mirada profunda a la evolución urbana de la ciudad a través de mapas, proyecciones y reflexiones que invitan a actuar de cara al futuro

Por Oscar Medina

Petare —norte y sur- suma poco más de 703 hectáreas. Es, en efecto, un barrio enorme. Durante años se ha alimentado el mito de que es el más extenso de Latinoamérica y que se cuenta entre los mayores del planeta. El famoso Rocinha, de Rio de Janeiro, tiene 78,48 hectáreas. Y si bien Petare es más grande que lugares conocidos como Dharavi (Mumbai, India) o Kibera (Nairobi, Kenya) se queda pequeño ante las 4.920 hectáreas de Nezahualcoyotl en el DF mexicano. El dato es interesante, pero es apenas anecdótico si se considera la cantidad de valiosa información recogida en el libro CABA. Cartografía de los barrios de Caracas 1966-2014.

Por ejemplo: en Caracas hay 69 barrios. Esas áreas de crecimiento espontáneo abarcan 4.470 hectáreas de la ciudad. Vistos desde arriba, esos espacios están ocupados por al menos 242.657 estructuras o unidades de vivienda que tienen un tamaño promedio de 73,89 metros cuadrados. Y en estas zonas habitan aproximadamente más de 1 millón 384 mil personas. ¿Y cómo es posible conocer estos datos? Ese fue parte del trabajo del equipo que hizo este libro.

El registro histórico indica que en 1936 se realizó el primer vuelo para hacer un registro fotogramétrico parcial de la ciudad. Hubo que esperar hasta 1966 para lograr un panorama de imágenes más completo y este libro hereda y tributa ese esfuerzo compilando la historia cartográfica de Caracas y organizándola en un esquema comparativo basado en la documentación de los años 1966, 1984 y 2000, al que se añade el aporte propio del proyecto: actualizar la información aerofotogramétrica de los municipios caraqueños apoyándose en la herramienta Google Earth y en el uso de drones.

“Queríamos conocer cómo había sido la dinámica de la ocupación de la ciudad, sus tendencias, las magnitudes de crecimiento en áreas y población porque esa es una información importante en el campo de la planificación urbana”, explica el ingeniero Máximo Sacchini, director del proyecto CABA. Y el análisis reveló algo que se intuye: 26% del territorio ocupado en Caracas es barrio. Es decir, zona de crecimiento espontáneo. Y dentro de ese 26% vive al menos 45% de la población de la ciudad. Sacchini hace una precisión: “Es un estimado conservador. La verdad es que en Caracas la mitad de la gente vive en un barrio”.

No es poca cosa. Por eso el libro se enfoca tanto en esos espacios. “Cuando lo ves desde esa perspectiva te das cuenta de que la mitad de la gente con la que te topas en la calle, con la que estás codo a codo en un mercado, habita en un barrio. Tener esa conciencia es parte del mensaje importante de esta publicación”, explica la arquitecto Elisa Silva, una de las coordinadoras de CABA: “El reto es integrar eso funcionalmente para mejorar la ciudad. Eso quiere decir proveerles de buen acceso y movilidad. Y llevarles equipamiento. Porque otra cosa que comprueba el estudio es que estas zonas son altamente densas, en promedio son 309 habitantes por hectárea, cuando la media de Caracas oscila entre 150 y 200. Y no son densos porque haya edificios muy altos, lo son porque todo el terreno se ocupa. Y si todo el terreno se ocupa hay poca vialidad, no hay espacios públicos ni equipamiento, ni los aspectos que son fundamentales en el funcionamiento de una ciudad amable, donde el hábitat sea digno”.

Visto así, queda clara la importancia de lo que recoge este libro: no solo una memoria cartográfica de la ciudad, no es solo el abordaje reflexivo sobre las dinámicas del barrio y la fotografía nítida de la evolución urbana de Caracas. No es solo un documento para la contemplación del pasado: estas páginas sirven también para mirar al futuro.

“Es un registro que no tiene mensaje explícito”, matiza Elisa Silva: “Quizás el mensaje subversivo es que el tema tiene urgencia. Mostrar la tendencia y el hecho de que si no cambian las variables, seguirá siendo la misma tendencia porque no estamos dando respuesta a la demanda de vivienda. Las condiciones dentro de estos espacios son graves. Y ya no estamos hablando apenas de una parte de la población, estamos hablando de la mitad de la gente de la ciudad”.

Sacchini “ofrece” las páginas: “Tratamos de identificar la ciudad en dos partes, la que creció espontáneamente y la que lo hizo de forma planificada. Lo más dramático es que en 25% del área vive el 50% de la población. Y ese 25% no se planificó. Lo importante es que hay información suficiente y la resumimos en municipios para que pueda tener influencia en la manera de actuar a futuro. Aquí, por ejemplo, el alcalde de Sucre puede ver cuál es la situación de su municipio, cuántos habitantes tiene aproximadamente en zonas espontáneas, cuántos en planificadas y saber qué hacer a futuro. El problema es que el día a día de los alcaldes de esta ciudad no les permite meterle pensamiento a esto. Planificación implica tranquilidad, pensar y no estar apagando fuegos. Se trata de pensar en cómo hacer mejor las cosas”.

Los datos recogidos en CABA. Cartografía de los barrios de Caracas 1966-2014 resultan interesantes no solo para los encargados de la ciudad. El estudio revela que del total de 77.638 hectáreas del área dividida en cinco municipios la ocupación es de apenas 23%. De ese terreno ocupado, 26,5% se trata de espontáneos —barrios- y 73% corresponde a desarrollos planificados.

“Si decimos que solo están ocupadas 17 mil 897 hectáreas, nos da que quedan 60 mil hectáreas para crecimiento de la ciudad”, aclara Sacchini: “Cualquiera que vea esto quedará muy contento… Pero hay que descontar los parques nacionales El Ávila y Macarao, de modo que se reduce a 28 mil hectáreas”. El planteamiento es que 36% del territorio está hoy disponible para el futuro. Y para que el crecimiento sea ordenado, hay que empezar a trabajar desde ahora y a actuar desde el punto de vista urbanístico.

Hay municipios con retos disímiles. Libertador está ocupado en 23%, es decir, en 8.666 hectáreas de un área total de 37 mil 635. Y 37% de ese espacio ocupado corresponde a barrios. Pero al mismo tiempo Libertador acoge a 73,07% de los asentamientos espontáneos del área metropolitana. Le sigue el municipio Sucre, con 22,52%. El espacio de Sucre tiene 17.240 hectáreas, de las cuales 3.763 están ocupadas. Es decir, 22% del municipio. De ese terreno en uso, 35% es identificado como espontáneo y 65% como planificado.

Baruta contiene 3,95% de los asentamientos espontáneos de la ciudad. Sus tres parroquias se levantan sobre 9.509 hectáreas pero los asentamientos ocupan 3.352, es decir, 35%. Y apenas 5% pueden ser considerados barrios.

El Hatillo y Chacao representan porcentajes mínimos en cuanto a ocupaciones espontáneas: 0,22% cada uno. El Hatillo, de hecho, es el municipio menos poblado y menos ocupado: solo 1.360 de sus 11.321 hectáreas. Y 0,80% entra en la categoría de informal. Por su parte, Chacao muestra una ocupación total de 39% de su territorio: 755 de 1.931 hectáreas. El registro de barrios es de 1,27%, es decir, 9,62 hectáreas.

Basándose en los datos del Instituto Nacional de Estadística (censo) y en las estimaciones de Naciones Unidas sobre el crecimiento poblacional en el mundo, los investigadores se plantearon proyectar cuántos nuevos habitantes tendrá Caracas al año 2030. Y lo hicieron de forma conservadora. La proyección indica al menos 522 mil personas. Pero serán más. Y Caracas debe estar preparada: para eso este libro es útil.

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