viernes , marzo 29 2024

BOSS: enfermo de poder

El hombre más poderoso de la ciudad acaba de ser diagnosticado con una grave enfermedad que lo deteriorará hasta matarlo. Si quiere seguir en el poder deberá ocultarle al pueblo y a quienes lo rodean su triste verdad. Con esta genial premisa inicia la nueva serie que TNT transmitirá los jueves a partir del 12 de Abril a las 10:00 pm

Por Carlos Armas — San Francisco — Cortesía DLB Group

Cuentan que en la Roma antigua, cuando un poderoso general regresaba victorioso de la batalla y era aclamado por la multitud, este siempre mantenía a un sirviente tras él con el único fin de recordarle las limitaciones de su condición humana. Antes de que la euforia y la sensación de poder lo acercaran al delirio, el sirviente le susurraba al oído: “Memento mori (Recuerda que morirás)”. Así era como lo aterrizaban, para que pusiera los pies en la tierra.

Algo parecido le pasa al alcalde de la ciudad de Chicago, Tom Kane. El reloj le recuerda constantemente que avanza hacia el prematuro fin de su vida. Está en su quinta década y ya sabe que no morirá de viejo. No puede confiar en su memoria, sus aliados o su familia. La mentira y los caminos turbios serán sus únicas opciones para seguir siendo el jefe.

Con la serie Boss el canal de televisión por cable TNT continúa su cruzada hacia la conquista del rating. Series premium, capaces de salir victoriosas al medirse con los grandes, serán nuevamente su plato fuerte para el 2012. Y es que a una idea tan buena y tan bien ejecutada como la de esta serie protagonizada por Kelsey Grammer, será difícil ganarle. En Estados Unidos ya comprobó su potencial para el éxito y los productores se encuentran preparando ya su tercera temporada.

Sala de Espera viajó a Miami para asistir a la premiere latinoamericana de Boss y compartir con estrellas, creadores y ejecutivos de TNT, parte de los secretos que esperan convertir a esta serie en la nueva adicción televisiva del público latinoamericano.

Caras limpias, manos sucias

El elenco de Boss está lleno de cuarto bates. Un inmenso Kelsey Grammer, deja atrás al divertido psicólogo neurótico que encarnó durante más de 10 años en la serie Frasier, para meterse en los zapatos de un peligroso líder dispuesto a todo con tal de mantenerse en el poder. Un drástico cambio de dirección en su carrera que según la productora ejecutiva, Stella Bulochnikov, pocos veían venir.

“La comedia en la vida de Kelsey había sido un afortunado accidente, pero su formación siempre había estado más orientada hacia el drama. Tenía años buscando una oportunidad para ello y apareció en su camino el escritor Farhad Safinia (Apocalypto) con esta gran idea que no es más que una versión moderna de El Rey Lear de Shakespeare”, dijo Bulochnikov.

La apuesta de Grammer rindió sus frutos, pues ya fue galardonado con el Globo de Oro como mejor actor dramático por su interpretación. En su discurso de aceptación, el actor agradeció a los escritores por, literalmente, “escribir un show con bolas”. Y es que la política en televisión, pocas veces ha sido sinónimo de éxito. Por eso sus creadores se preocuparon por dotar a la historia de personajes profundamente humanos, con almas tan virtuosas como corruptas.

La mujer de Kane, Meredith, está casada por conveniencia. Su hija Emma trabaja haciendo acciones sociales para niños, pero es realmente una drogadicta. El Secretario del Tesoro, Ben Zajac, está más pendiente de sus ambiciones políticas; pero sin duda, la más interesante y contradictoria es Kitty O?Neil, la dedicada asistente de Kane, que detrás de su corrección y eficiencia, oculta un doloroso pasado que sólo logra ahogar a través de placeres carnales.

Kitty es interpretada por Kathleen Robinson, a quienes muchos tal vez recuerden por su interpretación de una de las novias de Brandon en la serie Beverly Hills 90210. “Kitty sacrificaría todo por su trabajo, pero en el transcurso de la historia comienza a cuestionarse si esos sacrificios valen la pena. Es muy eficiente en la oficina, pero en su aspecto personal, toma las peores decisiones”, comenta la actriz.

Boss no es una serie exclusivamente política”, asegura Robinson, “habla mucho sobre la corrupción que está dentro de los personajes. El mundo en el que se mueve Kitty, es un mundo mayoritariamente de hombres, es difícil para ella y ha sido un verdadero reto para mi darle vida”. “Nunca había interpretado un personaje tan sexy como este. Se mueve en un mundo muy crudo y muy real. Gus Van Sant dirigió el piloto, su tratamiento de la sexualidad me encanta. Me hizo sentir segura, cómoda y, como el guión era tan bueno, sentí que no hacer escenas sexys hubiera sido como traicionar la autenticidad que respira el guión. Su sexualidad es buena parte de lo que ella es y viene de un lugar corrupto en su interior. Creo que todos hemos tomado decisiones que vienen de un lugar poco saludable de nuestra alma”, confiesa la actriz.

Las manos que mecen la cuna

Tradicionalmente, quienes quieren llevar una serie de televisión a las pantallas deben primero escribir un capítulo piloto, producirlo y, si este funciona, se aprueba la producción del resto de los episodios. Con Boss fue diferente. Los ejecutivos de HBO y Turner quedaron tan impresionados con el concepto y el primer libreto, que no hubo necesidad de realizar un piloto. De inmediato se aprobó la realización de la primera temporada completa.

Con Kelsey Grammer como protagonista y productor ejecutivo y un primer guión ya listo, el productor Brian Sher apuntó sus esfuerzos hacia la búsqueda de un director. No podía ser cualquiera, necesitaba a uno de los mejores: Gus Van Sant. “Era una apuesta que honestamente no pensamos que se concretaría, pero queríamos tocar la puerta. Le enviamos el guión y aunque nunca había trabajado en televisión, nos llamó de vuelta, no sólo dispuesto a dirigir el piloto, sino también a sumarse como productor ejecutivo”, comenta Sher.

Van Sant ha sido nominado varias veces al Oscar por su trabajo en Milk y Good Will Hunting; además es ganador de la Palma de Oro en el festival de Cannes. Con él, el proyecto comenzaba a adquirir cada vez más prestigio. “Él eligió a todos los actores que participarían en los papeles principales y por lo que se ve en pantalla, queda clarísimo que no se equivocó”, comenta Sher y agrega: “Gracias a él, la serie tiene un estilo visual inconfundible. Adicionalmente, la serie cuenta con cinco guionistas para hacer que cada uno de los episodios tenga la intriga necesaria para mantener al público pegado a la pantalla”.

Con semejante equipo y semejante historia, una serie como Boss podría resultar tan adictiva como Los Soprano y su éxito, hacerla tan larga como Lost. Sin embargo, sus creadores están conscientes que el secreto del éxito de este tipo de series, está en no permitir que los factores económicos intervengan en el desarrollo de la trama.

“Cuando amas una serie de televisión, no quieres que termine de forma prematura. Pero tampoco quieres extenderte demasiado, pues pasa igual que con las malas relaciones amorosas, donde todo se desgasta y quieres terminar cuanto antes para no saber más nunca de esa persona con la que pasaste buenos momentos. Uno debe irse en el momento correcto”, comenta la productora ejecutiva Bulochnikov. “Financieramente, obviamente quisiéramos que Boss nunca terminara, pero no a expensas del contenido”, sentenció.

Cuestión de paquetes

La señal de TNT ha tenido buenos tiempos últimamente y todo indica que van a mejorar. Tienen de todo en su parrilla de programación, una fuerte presencia en internet y son los líderes indiscutibles de la transmisión de eventos en vivo en Latinoamérica. Quienes realmente ven los Oscars, los Grammys, los Golden Globes o el Miss Universo, lo hacen a través de su señal.

Ahora quieren ir por más. Producciones originales consideradas premium, pero en el paquete de canales básico, resultó el ingrediente de éxito para una estrategia iniciada con series como Falling skies y Los Borgia. A este canon, ahora se suma Boss y si la cosa funciona como ellos esperan, les aseguro que no será la última producción original que transmita TNT.

“Es un drama de poder. Para mí es como El Padrino, pero en el mundo de la política, pues tiene un lado muy gangster”, comenta Pablo Corona, director Senior de Programación de TNT y Warner Channel. “Pero lo que atrapa realmente de Boss son los personajes. Todos son muy fuertes, todos tienen un lado muy oscuro y otro muy virtuoso que los hace interesantísimos. Además creemos que el hecho de que la historia transcurra en Chicago no limita su alcance, sentimos que cualquier ciudad latinoamericana sabe una o dos cosas de corrupción, cualquiera puede identificarse”.

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