Por Zandy Aliendres.
Este jueves prosistas y músicos de todo el mundo fueron sorprendidos. Por primera vez en la historia de los Premios Nobel, un intérprete de rock-folk fue anunciado como el acreedor del máximo reconocimiento en las letras: Bob Dylan.
La vocera de la Academia Sueca, Svenska Akademien destacó que el jurado consideró a la leyenda del rock por «haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense».
Comparado con Homero y Safo, Dylan desbancó a otros escritores como el novelista japonés Haruki Murakami, el keniano Ngugi wa Thiong’o o el destacado poeta sirio Adonis, quienes eran los favoritos de la entrega anual.
De músico de protesta a Premio Nobel
Cuando era conocido como Robert Allen Zimmerman, quizás nadie pensó que llegaría tan lejos. El joven nacido en Minnesota, Estados Unidos y nieto de inmigrantes judíos de origen ruso, creció con la influencia musical de Elvis Presley y Jerry Lee Lewis. En 1959, cuando estaba en la universidad conoce a los pioneros de los blues, del country y del folk: Robert Johnson, Hank Williams y Woody Guthrie. De allí en adelante, pasó a ser Bob Dylan.
En 1961 abandona los estudios y se muda a Nueva York, donde frecuenta el ambiente musical de Greenwich Village. Su primer álbum titulado Bob Dylan (1962) fue fracaso, pero un año después lanzaría el disco con el que comenzaría su éxito: The freewheelin Bob Dylan.
Temas como «Blowin’ in the wind» y «A hard rain’s a-gonna fall», lo dieron a conocer como pionero en la música de protesta. El segundo sencillo se convirtió en el himno de los activistas contra la guerra de Vietnam. Asimismo, se mostró a favor de los derechos civiles al participar en la Marcha sobre Washington organizada por Martin Luther King en 1963.
Pero estas letras no fueron las únicas que llevaron a Dylan a ser reconocido en Estocolmo, sino también sus composiciones posteriores.
«Si uno quiere empezar a escuchar o leer (a Dylan), debería iniciarse con Blonde on Blonde, el disco de 1966 que tiene varios clásicos y es un ejemplo extraordinario de su brillante modelo de rima, de su armado de estribillos y de su pensamiento pictórico», expresó Sara Danius, secretaria permanente de la Academia Sueca.
«Puede parecer así, pero si miramos para atrás, bien atrás, uno descubre a (los poetas griegos) Homero y Safo, que escribieron textos poéticos o piezas que estaban hechas para ser escuchadas, representadas, a veces acompañadas con música. Y aún hoy leemos a Homero y a Safo y los disfrutamos.Es lo mismo con Bob Dylan: puede ser leído y debe ser leído», agregó Danius.
La leyenda viviente
A sus 75 años de edad, el músico continúa activo en los escenarios. Este año lanzó su álbum número 73 titulado Fallen Angels, donde interpreta temas clásicos estadounidenses popularizados por Frank Sinatra. Este jueves arranca la próxima etapa de su gira bautizada «Sin fin» en la ciudad de Las Vegas.