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Josette Vidal Restifo: «Tienes que hacer lo que te haga feliz»

A sus 22 años cree que puede cambiar el mundo desde la esencia de sus personajes, a los que le gusta construir desde su propia perspectiva, y alimentarse de esas experiencias porque defiende, como dijo John Lennon, que: “La vida es eso que pasa mientras haces otros planes”

Por Yubelitze Angarita Borges – @Yubelitze – Fotografías de Jorge Pineda

En su casa se percibe el arte y el teatro en cada rincón. Su nombre: Josette, tiene origen teatral y además lleva dos importantes apellidos, pues es la hija de Javier Vidal y Julie Restifo, destacadas figuras del medio artístico venezolano. A sus padres les debe el haber crecido, con su hermano Jan, entre telones teatrales y pasillos de canales de televisión. Con todo esto no se necesitó un oráculo para ver desde un principio, que existirían dos posibilidades lógicas en su vida: o aborrecía la actuación o la haría su razón de ser.

Veintidós años y en su currículum ya está escrita la participación en varias obras de teatro y dos telenovelas venezolanas: La Viuda Joven (Venevisión, 2011) y Nacer Contigo (Televen 2012) esta última como protagonista junto al cantante Lasso. El año pasado se fue a Miami por unos días de vacaciones y la invitaron a participar en un casting. Después de varios meses de espera, recibió la llamada del canal internacional Nicklelodeon, para formar parte de su nueva serie: Toni La Chef, en la cual, desempeña el papel antagónico como Sara, rol que recientemente le valió dos blimp (premios) a la Mejor Villana en los Kid?s Choice Awards, uno en la entrega celebrada en México y otra en Colombia. Ahora, hace una vuelta a la patria, para trabajar en una obra de teatro que dirige su padre.

—¿No sientes que todo esto te ha pasado como muy rápido?

—Pues sí, ha sido muy rápido. Mi mamá me lo comentaba en estos días: “Josette, ¿puedes creer todo lo que te ha pasado en un año?”. Yo creo que si lo hubiese planificado no me salía tan bien.

—En una oportunidad dijiste: “Siento que al ser actriz puedo mover la fibra de alguien. Es mi manera de cambiar el mundo y además es recíproco”. ¿No suena como algo muy idealista?

—Creo que nosotros como artistas tenemos la labor de transformar y sanar la humanidad. Me ha pasado cuando veo una obra de teatro y hay una frase que me toca una tecla del cerebro, como nadie lo había hecho, y eso me cambia la perspectiva. Yo creo que cambiando perspectivas podemos cambiar el mundo y si empezamos a actuar de manera distinta, porque pensamos de manera distinta, podemos lograrlo.

—¿Lo lograste con tu personaje (Sara) en Toni La Chef?

—Todos tenemos un lado oscuro y un lado de luz, pero sucede que nos enamoramos del lado de luz. Me parece que con Sara quise hacerlo diferente. No quise que la vieran como que ella era mala porque sí, sino que tenía una historia detrás. Además, la pasión que compartía con la protagonista, en su gusto por la cocina las unía. Creo que así es la vida. Todos somos distintos, hay actitudes que no nos van a gustar de muchas personas, pero siempre va a haber algo que nos puede acercar.

—Claro, pero la tenías más fácil porque la mala siempre es con la que más se engancha el público, es la que más gusta.

—Es cierto y eso lo sentí cuando recibí el premio, que mi personaje había gustado y estoy segura que le vieron el lado humano.

—¿Volverías a hacer de mala?

-¡Ayyy, sí! (risas).

—¿Mala, malaza como tu mamá?

—No lo veo como seguir los pasos de mi mamá, porque no quiero caer en seguir los pasos de alguno de los dos. Quiero construir mis personajes y llevar mi carrera de forma individual. De hecho, el personaje de Sara lo construí yo sola, desde cero y con la directora de la serie.

—¿Cómo manejaste el mundo de la televisión sin que te cambiara la esencia?

—Yo considero que tuve un antes y un después de entrar en la televisión. Sin embargo, yo aprendí mucho de mis padres quienes son actores muy humanos. Mi mamá se conoce el nombre de todos los técnicos a quienes saluda igual que a sus compañeros en el elenco y por eso la quieren. Para mí es tan importante el que lleva la cámara uno, como el director o el vicepresidente del canal.

—¿Te pasó igual al trabajar en un canal internacional (Nickelodeon)?

—(Risas) Es que curiosamente en el equipo todos eran venezolanos y además muchos habían trabajado en RCTV, entonces recordaban a mis padres con mucho afecto y admiración. Fueron apenas dos meses de grabaciones, pero constituimos una familia.

El tren de la vida

La oportunidad surgió así: inicialmente, viajó 15 días a Miami con su novio y en el transcurso decidió aprovechar el tiempo para hacer unos trámites personales. Mientras eso pasaba trabajó en varias áreas y luego se dio la oportunidad del casting con Nickelodeon. No lo planificó, simplemente, asegura que la vida lo eligió así por ella.

—Te fuiste en un período en el que muchos jóvenes venezolanos han emigrado buscando un futuro, aunque ese no era tu caso. ¿Crees que el tren de la vida no pasa una sola vez, sino que pasa todos los días?

—Cada caso es completamente distinto. En mi caso soy más feliz haciendo lo que hago, lo que me apasiona, que haciendo algo nada más por ganar más dinero en la vida. No soy nadie para aconsejar, pero algo sí digo y es que en la vida tienes que hacer lo que te haga feliz.

—¿Actriz de TV, cine o teatro?

—He experimentado los tres, pero me considero más actriz de teatro porque es mi pasión. Lo que yo siento cuando estoy sobre las tablas es algo que no he conseguido en ninguna parte. La televisión me ha dado mucho aprendizaje también y difiero de los actores que dicen que no vale para nada, porque el training que debes tener para aprenderte un papel rápido, conectar con la emoción y hacer 30 escenas diarias no es fácil.

—Participaste en 3 Bellezas, película que habla de la obsesión por una corona. ¿Hay algo que te obsesione en la vida?

—¡Nunca me habían preguntado eso!… (Pensando) Tal vez, nunca parar de hacer esto que decidí ser.

—¿Ambiciosa?

—Hay una parte de mí que sí es ambiciosa y me incita a no quedarme quieta, tengo que estar en constante movimiento.

—¿Otro premio que te quite el sueño?

—Ninguno. Si se dan, bienvenidos, pero no me obsesionan. Tengo muchos amigos que sí, pero es frustrante cuando te metes eso en la cabeza, porque es como la frase de John Lennon: “La vida es eso que pasa mientras haces otros planes”.

Sube el telón, baja el telón…

Sus inicios fueron con el grupo Skena, más por la insistencia y porque, nuevamente, la vida le puso la oportunidad en el camino. Cuenta que su hermano estaba metido en un taller y ella quería, pero tenía 13 años y no podía inscribirse. Estaban montando la obra Shakespeare apasionado y ella iba a todas las funciones, se metía en las reuniones, se involucró tanto que en una oportunidad el director la llamó avisándole de la ausencia de una actriz y le ofreció el papel. Aún su mamá cuenta que resuena su grito de alegría. “Era un personaje súper pequeño, pero para mí era grandísimo”, comenta Josette y así subió el primer telón de sus sueños.

—¿Y ahora qué?

—Estoy ensayando una obra de teatro que se estrenará en octubre y se llama: La punta del iceberg. Dirigida por Javier Vidal. Es un thriller psicológico y estoy honrada de ser parte del elenco encabezado por Julie Restifo, Gonzalo Velutini, Gerardo Soto, Jan Vidal y mi persona.

—¿Logras hacer bien la diferencia con tu padre como director, entre la actriz y la hija?

—Sí y siempre hay ese respeto.

—¿Crees que si hubieses sido menos bella, pero igual de inteligente, habrías triunfado?

—La industria de la televisión latina es particular y pide que tengas ciertos cánones que son los que se manejan, con los que no estoy de acuerdo, porque la belleza es muy relativa. Me parece que una belleza acompañada de una inteligencia es maravillosa, pero lamentablemente no es lo que sucede, porque conozco muchos talentos teatrales a los que no les han dado una oportunidad en televisión, porque simplemente no entran en sus cánones y eso es algo que definitivamente yo cambiaría.

—¿Y Josette con qué engancha?

—Con mi naturalidad. No me esfuerzo en parecerme a otra persona y tú ves que ni me maquillo mucho. Yo soy como soy.

De familia

—¿Qué heredaste de mamá y de papá?

—Ahora que voy creciendo me doy cuenta que me parezco mucho a mi mamá en la personalidad. Somos signos de fuego, ella es Leo y yo soy Aries, siento que tengo actitudes de ella y a veces reacciono como fosforito. También me la llevo con ella en las creencias y en la comunicación. Mi mamá es mi alma gemela, yo creo que tuvimos una vida anterior juntas porque tenemos una relación muy cercana y se fue desarrollando más cuando tuvimos que separarnos.

Pero también tengo el humor de mi papá que es un poquito ácido y cuando nos “encompinchamos” nos parecemos (risas).

—¿Vivir entre tantos críticos de arte y de teatro no es estresante?

—A veces sí (risas), aparte porque somos muy distintos y tenemos diferentes opiniones, sobre todo cuando vemos una obra de teatro. Mi papá siempre nos dice: “¡Ustedes, las que quieren salvar al mundo!” y mi mamá y yo nos reímos. Mi mamá y yo somos más humanistas, y mi papá y mi hermano Jan son más intelectuales.

—Si fueras Ministro de Educación, ¿Qué obra de teatro, película y libro pondrías como obligatoria en el pensum estudiantil?

—Obra de teatro: La Ola. Es la historia de un profesor que genera un movimiento estudiantil y se vuelve dictador con las reglas de este movimiento. Mi personaje era la que estaba en contra del profesor y él la terminó apartando. Creo que es una obra oportuna para el momento, porque te abre los ojos y te hace ver hasta dónde pueden llegar los extremos.

Película: Además de 3 Bellezas (risas) hay otra película americana que siempre veo cada vez que la ponen en televisión: Little Miss Sunshine.

Libro: El niño con pijama de rayas. Es un libro que me atrapó y me lo leí de una vez en varias horas.

Baúl de curiosidades

—¿De dónde viene tu nombre?

—Cuando mi mamá estaba embarazada de mí fue a Broadway a ver Los Miserables y la protagonista se llamaba igual pero con C, le encantó el nombre porque es francés. Y siendo ella Julie se encontró a un Javier con J y mi hermano se llama Jan con J, entonces cambió la inicial y así surgió Josette. Me encanta mi nombre y la historia de dónde proviene.

—¿Si no hubieses sido actriz, serías otra cosa?

—Tal vez profesora de yoga.

—¿El yoga es otra de tus pasiones?

—Empecé a los 16 años gracias a mi mamá, pero iba más por compromiso no había “cliqueado”, hasta los 18 años cuando me conecté y lo vi más allá de un ejercicio; lo transformé en una filosofía. Practicar yoga me equilibra física y emocionalmente, va de la mano con mi profesión, porque ambas son una exploración de uno mismo.

—También te metiste en clases de cocina para construir tu personaje. ¿Algo con lo que luego hayas sorprendido a tu familia en la cocina?

—(Risas) Bueno, en el cumpleaños de mi mamá, les hice para desayunar un pocotón de panquecas de avena y todos quedaron fascinados. Les doy la receta, yo las hago con una taza de avena, un huevo y dos claras, un cambur, esencia de vainilla o de almendra y canela en polvo. Mezclo todo eso en una licuadora y luego ¡a cocinar!

Redes Sociales: Twitter: @josettevidalr Instagram: josettevidalrestifo Manager: www.luisluyando.com

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